[José A. Martínez-Casasnovas y Jaume Arnó Satorra]
Hacia finales de la década de 1990, la investigación y el desarrollo tecnnológico en países como Australia, Sudáfrica, Francia o Chile, empezó a hacer posible una nueva forma de hacer y entender la viticultura, donde la idea clásica de "parcela "como unidad mínima de manejo se empezó a substituir por el de "subparcela" (o zona de manejo diferencial). Los límites de estas subparcelas podían ser dinámicos, tras valorar año tras año diferentes parámetros y teniendo en cuenta criterios productivos y/o cualitativos.
En esta época (finales de los años 90) es cuando empiezan a conocerse los resultados de los proyectos que, iniciados en Australia, coordinan conjuntamente el Commonwe-alth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) y el Cooperative Research Centre for Viticulture (CRCV). Cabe destacar los trabajos de Simon E. Cook y Rob G.V. Bramley (entre otros autores) sobre Agricultura de Precisión en Australia (1998a, 1998b, 1999). En particular, y en el tema de viticultura, destacan los trabajos Managing variability in agricultural production: Opportunities for precision viticulture (2000) Experiences with vineyard yield mapping (2000) y A protocol for the construction of yield maps from data collected using commercially available grape yield monitors (2001).
La División Agricola del Grupo Codorníu en Raimat, dirigida por Joan Esteve se fijó en estos desarrollos y desde el año 2001 empezó a implementar el modelo de agricultura de precisión australiano, basado en la medición, análisis y manejo de la variabilidad dentro de las parcelas con el objetivo de controlar la variación en la productividad y en maximizar la calidad de la uva.
De este modo, Raimat comenzó a obtener información detallada de cada hectárea de viña de las 2.245de la finca. Para ello estableció un patrón de muestreo de diferentes parámetros de fertilidad, desarrollo y vigor de las cepas. Cada cepa en un marco de 10 filas x 10 cepas se etiquetó con un código de barras y de cada una de estas cepas se conocía su localización con coordenadas XY. En estas cepas se llevaban a cabo conteos del número de yemas, número de sarmientos, número de racimos, peso de poda y, en algunas ocasiones (algunos años después), muestreo de uva para conocer el peso de 100 bayas y el análisis de parámetros de calidad (color, pH, acidez total, polifenoles, antocianos, entre otros). En la Figura 1 (puede verse un ejemplo de los puntos de muestreo en una parcela de viña, una etiqueta con las que se marcaban las cepas y una tabla con las coordenadas de cada punto de muetreo donde se iban añadiendo los datos.
Figura 1. Marco de muestreo de las cepas en Raimat y detalle de las etiquetas con código de barras y tabla con datos de la parcela y coordenadas de las cepas de muestreo.
El objetivo de este muestreo era realizar una predicción de la producción de
cada parcela a partir del análisis de variables relacionadas con la propia
producción.
Además, en paralelo, Raimat fue equipando sus máquinas vendimiadoras con monitores de cosecha, los cuales mediante la aplicación del sistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y el uso de balanzas de precisión, permitieron comenzar a obtener mapas de rendimiento de las parcelas de viña (Figura 2 y Figura 3).
Figura 2. Vendimiadora con monitor de rendimiento en Raimat. Detalle de la cinta transportadora y localización de las balanzas para el peso de la uva que posteriormente es georreferenciado.
Figura 3. Ejemplo de datos de cosecha de una parcela de viña en Raimat obtenidos con el monitor de cosecha Canlink 3000 de Farmscan equipado en las vendimiadoras de Raimat.